la otra cleo

Nunca, ni de niña, le vi la gracia a los patitos de goma (ni a los patos en general; bueno, quizá, sólo al pato Saturnino de la tele). La cuestión es que en los 60 yo me bañaba con Cleo la pez de Gepetto, el padre de Pinocho. Y en los 2000, también (bueno desde lo del cambio climático Cleo suele mirarme, desde secano, mientras me ducho).