malagueñas de adopción

 

Allá por 2009, cuando Helena y Ariadna vivían en un mundo metaplatónico, sus padres subieron y posaron con gran regocijo en el burrito del parque. Once años después, aquí están, más precavidas que sus padres, sin montar para no quemarse el culo (agosto en el sur es mumalo, sobre todo si tienes el lomo de bronce). Carmen, la madre de las criaturas bípedas, dice que Ariadna tiene las paticas igualitas a las de Platero. No encuentro mejor manera de acabar este año tan feo que con esta foto tan bonita.