¿qué será de mario?

De Mario sólo tengo dos recuerdos, un coche antiguo plano de lata pegado a la puerta de su portal como una calcomanía gigante y la cocina de su casa. Más que la cocina, la mesa. Una mesa siempre plegada, de formica, donde Mario y yo comíamos. Aunque si digo Mario, veo un plato de sopa. Ni coche ni cocina ni piano rojo, un plato de sopa y la voz de su madre a mis espaldas, diciendo "Si no comes tú solo no irás más a su casa".